Sara fue contactada junto con otra mujer de nacionalidad paraguaya a través de una persona que reclutaba mujeres para enviarlas, bajo engaños, a una red de prostíbulos fuera del país.

La ¨captadora¨ recitó con atractivos argumentos la promesa de siempre: conocer el sueño europeo, ganando en euros sumas que jamás conseguirían en el interior del país, de dónde provenían. A Sara, así como a millones de mujeres en todo el mundo que son víctimas de trata, les hacen creer que todo el proceso es muy sencillo. Los delincuentes que conforman las redes tienen el sistema bien incorporado. Convencen a sus víctimas de que ellas solo deben tener el pasaporte vigente y que todo lo demás, inclusive el dinero para los primeros días en los países a donde son enviadas, será proveído por ellos. No sin antes hacerles firmar documentos que las comprometen a devolver el dinero de viáticos y pasajes, una vez que reciban los sueldos prometidos.

Tres meses le tomó a Sara saldar la deuda. Tres meses en los que no hubo respiro y en los que desfilaron los clientes por la habitación en la que sobrevivía. Sin embargo, los sufrimientos no terminarían. Sara y la otra mujer de nacionalidad paraguaya que viajó con ella, una vez que consiguieron pagar su deuda y recuperaron su libertad, volvieron a caer en otra red de trata de personas. Esta vez en un país en donde ni siquiera se habla español y pedir auxilio era mucho más complicado.

Sara y otras mujeres en su misma situación fueron rescatadas en un operativo policial un tiempo después. Las mujeres fueron atendidas y Sara fue repatriada. Su caso tomó estado judicial y hay personas procesadas, pero el proceso más difícil es volver a empezar.

A pesar de esta experiencia, Sara sonríe y siente que puede darse el permiso de volver a tener sueños propios. Así como la casa propia que OIM Paraguay, la Fiscalía General del Estado y los voluntarios de TECHO Paraguay (organización sin fines de lucro que ayuda a construir viviendas dignas) le ayudaron a edificar. Todos los funcionarios de las organizaciones, también vecinos y amigos, unieron sus voluntades individuales en torno a la motivación de brindar un punto de apoyo fundamental para Sara, quien participó de todo el proceso.  La consigna fue poner manos a la obra para terminar y entregar la casa ese mismo día. Ella, estaba emocionada e incrédula y sin casi haber dormido la noche anterior, pero feliz y lista para recibir un regalo de solidaridad y búsqueda de justicia social.

Hoy Sara tiene nuevos proyectos y mira su vida con otras ganas. Y aunque las vivencias que enfrentó le producen dolores que solo ella conoce, se motiva acomodando su casa nueva. Una casa construida desde la unión y la voluntad, como símbolo de recuperación, pero sobre todo, como símbolo de que siempre se puede volver a empezar.

La Organización Internacional para las Migraciones en Paraguay, dentro del trabajo en varias áreas que desarrolla en el país, tiene como uno de sus pilares de acción el apoyo al Gobierno Nacional en el combate al delito de trata de personas. Las acciones interinstitucionales de los distintos niveles que el Estado Paraguayo viene fortaleciendo en este aspecto, tienen bases en la aplicación de políticas públicas desde la cooperación conjunta, cuyo fomento es uno de los principales aportes de OIM. Estas acciones de carácter intergubernamental no solo se establecen en lo que hace a los procesos de denuncia e intervención judicial y otras políticas que empiezan por la prevención misma, sino que se considera una parte prioritaria del trabajo conjunto la atención a las víctimas de trata desde lo humano y emocional. Promoviendo la generación de segundas oportunidades, que son tan importantes que permiten a las personas recuperar su vida, su identidad, sus espacios, su independencia y, sobre todo, su dignidad.

*Sara es el nombre ficticio que se otorgó a la persona que fue víctima de trata para proteger su identidad.